Cómo configurar Alexa y Google Home para una persona mayor: una guía de ayuda y autonomía

Como familiar cuidador de una persona mayor que vive sola, conoces bien esa pequeña punzada de ansiedad cada vez que suena el teléfono. Esperas que sea una llamada para charlar, pero una parte de ti siempre teme que haya ocurrido algo. Has pensado en la tecnología como ayuda, pero los asistentes de voz como Alexa o Google Home a menudo se presentan como meros reproductores de música o artilugios para saber el tiempo. Son vistos como un entretenimiento, no como una herramienta seria de cuidado.

La realidad es que, si se abordan desde una perspectiva correcta, estos dispositivos pueden ser mucho más. Si dejamos de verlos como un gadget y empezamos a tratarlos como una herramienta terapéutica, podemos construir un verdadero ecosistema de cuidado en el hogar. La clave no es la tecnología en sí, sino cómo la adaptamos para fomentar la autonomía digital de la persona mayor, respetando siempre su dignidad y privacidad. Es un cambio de enfoque: de un altavoz pasivo a un compañero proactivo que vela por su bienestar.

Esta guía no es un manual técnico más. Como terapeuta ocupacional tecnológico, te mostraré paso a paso cómo transformar un simple altavoz inteligente en un pilar de tranquilidad para ti y de independencia para tu familiar. Abordaremos desde la configuración de recordatorios de medicación infalibles hasta la creación de rutinas de seguridad nocturna, pasando por cómo superar las barreras de comunicación y gestionar la privacidad de forma ética y sencilla.

A continuación, exploraremos las funcionalidades esenciales que convierten a estos asistentes en aliados indispensables. Cada sección está diseñada para darte soluciones prácticas y aplicables desde hoy mismo, pensadas específicamente para el contexto y las necesidades de las personas mayores en España.

¿Cómo crear recordatorios de voz persistentes para que no se olvide ninguna pastilla?

La polimedicación es una realidad compleja y un riesgo significativo. El hecho de que algunos ancianos en España lleguen a tomar hasta 15 pastillas al día evidencia la criticidad de una gestión impecable de la medicación. Un solo olvido puede tener consecuencias serias. Aquí es donde un asistente de voz deja de ser un gadget para convertirse en una herramienta de salud proactiva. No se trata solo de poner una alarma, sino de crear un sistema de aviso que insista hasta obtener una confirmación.

La función de «Rutinas» de Alexa, por ejemplo, permite configurar recordatorios mucho más efectivos que una simple alarma de móvil. Podemos personalizar el mensaje para que sea claro e inequívoco («Es la hora de la pastilla para la tensión, la pequeña de color blanco») y, fundamentalmente, configurar notificaciones activas. Esto significa que si la persona mayor no confirma verbalmente que ha tomado la medicación, el sistema puede enviar automáticamente un aviso a tu móvil. Se crea así una red de seguridad digital.

Visualizar esta interacción es clave: el altavoz se ilumina y emite un mensaje claro, junto al pastillero, convirtiéndose en un punto de referencia ineludible en la rutina diaria. Para implementarlo, solo tienes que seguir unos sencillos pasos en la aplicación del asistente:

1. Abre la app de Alexa y selecciona «Rutinas» en el menú «Más».
2. Crea una nueva rutina con el botón «+» y dale un nombre claro, como «Medicación Tensión Mañana».
3. En «Cuando», establece la hora exacta de la toma (ej: 09:00) y los días de la semana.
4. En «Añadir acción», selecciona «Alexa dice» y escribe el mensaje personalizado: «Recuerda tomar la pastilla de la tensión».
5. Para una mayor seguridad, puedes añadir una acción de «Notificación» que te envíe un mensaje a tu móvil confirmando que la rutina se ha ejecutado.

Este sistema transforma una tarea estresante y propensa a errores en un proceso automatizado y supervisado, aportando una inmensa tranquilidad tanto al cuidador como a la persona mayor, que ve reforzada su autonomía.

¿Por qué el asistente no entiende a ciertas personas y cómo entrenar la voz para mejorar?

Una de las mayores frustraciones al implementar esta tecnología es cuando el asistente no entiende a la persona mayor. Esto no es un fallo de la persona, sino una de las barreras invisibles de la tecnología. Factores como una voz más débil, un ritmo de habla diferente, acentos regionales marcados o condiciones médicas como la disartria post-ictus pueden dificultar el reconocimiento de voz. Pensar que «no funciona» y abandonar es un error común; la solución pasa por la adaptación y el entrenamiento.

La experiencia de un abuelo de 89 años en España con Alexa es un claro ejemplo de superación. Aunque inicialmente escéptico, con paciencia y práctica en comandos sencillos, no solo adoptó la tecnología, sino que llegó a proponer mejoras, demostrando que la adaptación es posible y gratificante. Este caso subraya la importancia de empezar con tareas simples y celebrar los pequeños logros para construir confianza.

Desde una perspectiva técnica, es útil conocer el impacto de estos factores y sus soluciones. No todas las dificultades son iguales y, por tanto, las estrategias para mitigarlas deben ser específicas.

Un análisis de los problemas de reconocimiento de voz en personas mayores revela datos muy concretos. La siguiente tabla, basada en hallazgos sobre el habla en la tercera edad, desglosa los problemas más comunes y sus soluciones técnicas recomendadas.

La solución más directa es entrenar el perfil de voz. Tanto en la app de Alexa como en la de Google Home, existe una opción para «Reconocer mi voz». El asistente pedirá a la persona que repita una serie de frases. Este proceso, que no dura más de cinco minutos, calibra el sistema para que se acostumbre a su tono, cadencia y acento particular, mejorando drásticamente la precisión.

¿Dónde escuchar y borrar todo lo que tu asistente ha grabado de tus conversaciones pasadas?

La introducción de un micrófono siempre activo en el hogar de una persona mayor genera una preocupación legítima: la privacidad. Abordar este tema con transparencia es fundamental para construir la confianza necesaria. El principio de dignidad y privacidad debe guiar toda la configuración. Afortunadamente, tanto Amazon como Google ofrecen herramientas robustas para gestionar exactamente qué se guarda y por cuánto tiempo.

El primer paso es desmitificar cómo funcionan. Los asistentes no graban y envían todo a la nube constantemente; solo se activan y registran un breve clip de audio cuando escuchan la palabra de activación («Alexa», «OK Google»). Es este pequeño fragmento el que se procesa para entender la orden. Como terapeuta, mi recomendación es revisar este historial junto a la persona mayor, explicándole qué es y dándole el control para borrarlo.

No le digas a Alexa nada que no quieras que el mundo sepa

– Leslie Miller, 70 años, usuaria ciega de Alexa, MIT Technology Review

Esta cita, aunque contundente, encapsula una verdad importante: debemos ser conscientes de lo que decimos. Sin embargo, la gestión de la privacidad va más allá de la autocensura. Se trata de configurar activamente el sistema. En la aplicación de Alexa, el proceso es sencillo: ve a Configuración > Privacidad de Alexa > Revisar historial de voz. Ahí podrás ver una lista de todas las interacciones, escucharlas y borrarlas una por una o todas a la vez.

Más importante aún es automatizar este proceso para no tener que hacerlo manualmente. Dentro del mismo menú de privacidad, existe la opción de configurar el borrado automático de las grabaciones cada 3 o 18 meses. Mi consejo es activar siempre el borrado cada 3 meses. Es un equilibrio perfecto entre mantener un historial reciente que ayude al sistema a aprender la voz del usuario y proteger la privacidad a largo plazo. Además, con el consentimiento explícito del familiar, es posible gestionar estas opciones de forma remota añadiéndote a su «Hogar de Amazon», lo que facilita enormemente la supervisión.

¿Cómo apagar todas las luces y bajar la calefacción diciendo solo «Buenas noches»?

Una de las mayores preocupaciones en el cuidado de personas mayores son las caídas, especialmente durante la noche al ir al baño o levantarse en la oscuridad. La domótica controlada por voz no es un lujo, sino una potente herramienta de prevención. La capacidad de controlar el entorno sin moverse de la cama o sin tener que buscar a tientas un interruptor reduce drásticamente este riesgo. Aquí es donde las «Rutinas» se convierten en guardianes nocturnos.

Una rutina de «Buenas noches» es una de las configuraciones más útiles y sencillas de implementar. Con un solo comando de voz, la persona puede desencadenar una secuencia de acciones predefinidas: apagar todas las luces principales, bajar el termostato a una temperatura nocturna confortable (entre 18 y 20°C para un buen descanso) y, muy importante, dejar encendida una luz guía de baja intensidad en el pasillo hacia el baño. Esto crea un entorno seguro y predecible.

La configuración de esta rutina es muy similar a la de los recordatorios de medicación y se realiza desde la app del asistente. Lo más poderoso es que también se puede crear una rutina de emergencia. Por ejemplo, configurar el comando «Me he caído» para que, al decirlo, se enciendan todas las luces de la casa al 100% de intensidad y se envíe una alerta a los contactos de emergencia. Los pasos para la rutina nocturna son:

1. Accede a «Rutinas» en la app de Alexa o Google Home.
2. Crea una nueva rutina y, como activador («Cuando»), elige «Voz» y escribe la frase «Buenas noches».
3. Añade la primera acción: selecciona «Hogar digital», luego «Luces», elige todas las luces que quieras apagar y ponlas en estado «Apagado».
4. Añade una segunda acción para el termostato inteligente: «Hogar digital», selecciona tu termostato y establece la temperatura deseada.
5. Opcionalmente, añade una tercera acción para dejar una luz de pasillo encendida al 10% de brillo.

Este sistema no solo aporta seguridad, sino también una sensación de control y confort. Saber que con dos simples palabras el hogar se prepara para la noche es un gran alivio y un paso más hacia una autonomía digital real y tangible.

¿Cuándo es mejor un asistente con pantalla para hacer videollamadas sencillas con la familia?

Si bien los altavoces inteligentes son excelentes para comandos de audio, el aislamiento social es un problema que requiere una solución más visual. Para una persona mayor, ver la cara de sus nietos puede ser el mejor remedio del día. Aquí es donde los asistentes con pantalla, como la gama Echo Show de Amazon, marcan una diferencia fundamental. Permiten hacer y recibir videollamadas de una forma increíblemente sencilla, sin tener que lidiar con la complejidad de un smartphone o una tablet.

La gran ventaja de estos dispositivos es la función «Drop In» de Alexa. Con el permiso previo de la persona mayor, puedes «entrar» directamente en una videollamada sin que ella tenga que tocar un solo botón. Esto es ideal para chequeos rápidos o para cuando no pueden o no oyen la llamada. Para llamadas programadas, basta con que el asistente anuncie «Llamada entrante de [nombre del nieto]» y la persona solo tiene que decir «Alexa, responde».

Me parece perfecto, sobre todo para personas mayores. Lo bueno es que no tienen que tocar nada, basta con que respondan a la llamada y ya está

– Usuario de Echo Show 5, El Español

La elección del dispositivo adecuado en España depende del uso principal. Si el objetivo prioritario son las videollamadas, el Echo Show es la opción superior, ya que los Nest Hub de Google, en sus versiones más comunes, no incluyen cámara. La cámara del Echo Show 8, además, tiene encuadre automático, lo que significa que si la persona se mueve por la habitación, la cámara la sigue, haciendo la conversación mucho más natural.

La comparativa es clara: para mantenerse conectado visualmente con la familia, la inversión en un dispositivo con cámara está más que justificada. Además, la pantalla puede mostrar el tiempo, fotos familiares como un marco digital o la letra de las canciones, añadiendo capas de utilidad.

En resumen, si el objetivo es combatir la soledad y facilitar el contacto visual, un asistente con pantalla no es un extra, sino la pieza central del ecosistema de cuidado.

¿Qué dispositivos se conectan con tu médico para controlar la tensión arterial desde casa?

La telemonitorización de la salud es uno de los campos más prometedores en el cuidado de personas mayores. La capacidad de registrar datos vitales en casa y compartirlos fácilmente con el personal sanitario puede mejorar el seguimiento de enfermedades crónicas como la hipertensión. Aunque la integración directa con la Seguridad Social en España es aún incipiente, ya existen soluciones prácticas que actúan como un puente entre el paciente y el médico.

Dispositivos como los tensiómetros de la marca Omron, que cuentan con conectividad Bluetooth y están ampliamente disponibles en farmacias españolas, son un excelente ejemplo. Estos aparatos pueden sincronizarse con aplicaciones de salud como Google Fit o Apple Salud. A través de estas, y con algunas «Skills» (aplicaciones de voz) de Alexa, es posible registrar las mediciones usando solo la voz: «Alexa, mi tensión es 14 con 9».

Esta capacidad de registro por voz simplifica el proceso y asegura la constancia. Además, podemos crear rutinas inteligentes para actuar según los valores. Por ejemplo, si el valor registrado es alto, el asistente puede responder con una recomendación («Valor alto. Reposa 15 minutos y vuelve a tomarla. He avisado a [nombre del cuidador]») y enviar una notificación automática al móvil del familiar. Esto convierte al asistente en un compañero proactivo en la gestión de la salud.

Crear un sistema de alertas y seguimiento es una de las aplicaciones más valiosas de esta tecnología, proporcionando un nivel de supervisión que antes era impensable en el domicilio.

¿Cómo configurar un código PIN de voz para que los niños no pidan juguetes por Amazon?

Aunque el título de esta sección se centre en los niños, la función del PIN de voz es una herramienta de seguridad crucial para las personas mayores, especialmente aquellas con cierto grado de deterioro cognitivo o que son más vulnerables. El objetivo es crear un entorno digital seguro y controlado, evitando compras accidentales o incluso abusos por parte de visitantes malintencionados. Se estima que el 13,7% de las personas mayores de 65 años en España presentan fragilidad, un estado que aumenta su vulnerabilidad general, también en el ámbito digital.

Activar un PIN de voz para las compras es una barrera de seguridad indispensable. Impide que cualquier persona pueda pedir productos en Amazon simplemente diciéndoselo a Alexa. La configuración es muy sencilla y se realiza desde la aplicación del asistente. En la app de Alexa, debes ir a Configuración > Configuración de la cuenta > Compras por voz. Ahí encontrarás la opción para crear o gestionar tu «código de voz», que es un PIN de 4 dígitos que Alexa solicitará antes de confirmar cualquier compra.

Para la mayoría de los casos en los que se configura un asistente para una persona mayor, mi recomendación como terapeuta es ir un paso más allá: desactivar las compras por voz por completo. En la misma sección, puedes simplemente apagar el interruptor de «Compras por voz». Esto elimina cualquier posibilidad de transacción no deseada. Es una medida de protección simple y 100% efectiva.

Además, es aconsejable revisar las «Skills» o aplicaciones de terceros que están instaladas. Al igual que en un móvil, algunas pueden solicitar permisos o tener funcionalidades de pago. Es una buena práctica desactivar las «Skills de terceros no verificadas» para limitar el ecosistema a las funciones esenciales y seguras que hemos configurado nosotros mismos (llamadas, recordatorios, control del hogar). El objetivo es construir un «jardín vallado» digital, un espacio seguro donde la persona pueda moverse con confianza y sin riesgos.

Matter y Thread : ¿por qué deberías esperar a este nuevo estándar antes de comprar más bombillas inteligentes?

Cuando empezamos a construir un ecosistema de cuidado en casa, comprando una bombilla, un enchufe o un termostato inteligente, nos enfrentamos a un problema frustrante: la compatibilidad. ¿Funciona esta bombilla con Alexa? ¿Y con Google Home? ¿Y si en el futuro cambiamos de sistema? Aquí es donde entra en juego un nuevo estándar tecnológico llamado Matter.

Explicado de forma sencilla, Matter es como un «traductor universal» para los dispositivos del hogar conectado. Si un producto (una bombilla, un enchufe) es compatible con Matter, significa que funcionará sin problemas con cualquier asistente o sistema que también lo sea (Amazon Alexa, Google Home, Apple HomeKit, etc.). Esto elimina la confusión y asegura que los dispositivos que compremos hoy seguirán siendo útiles en el futuro, independientemente de la tecnología que usemos.

Matter es el futuro ‘idioma universal’ de los aparatos del hogar. Comprar un dispositivo compatible hoy asegura que el sistema de ayuda de tu familiar seguirá funcionando sin problemas durante años

– Connectivity Standards Alliance, Guía Matter para España

Thread es la otra parte de la ecuación. Es una tecnología de red inalámbrica, como el Wi-Fi o el Bluetooth, pero diseñada específicamente para la domótica. Es más rápida, más fiable y consume menos energía. Muchos dispositivos Matter utilizan Thread para comunicarse entre sí, creando una red local robusta que no depende tanto de la conexión a internet de casa.

Como terapeuta ocupacional tecnológico, mi consejo es claro: si vas a ampliar el sistema de domótica para tu familiar, prioriza la compra de dispositivos compatibles con Matter. Aunque la oferta todavía está creciendo, los principales fabricantes ya están actualizando sus productos. Buscar el logo de Matter en la caja es una garantía de futuro, asegurando que el ecosistema de ayuda que construyes hoy sea sostenible y no se quede obsoleto en un par de años.

En España ya es posible encontrar una selección de dispositivos compatibles, lo que facilita empezar a construir una red doméstica preparada para el futuro.